Arabia Saudí en 3 días
Arabia Saudita es tal vez uno de los países árabes más fascinantes y visitarlo en 3 días puede resultar poco tiempo. Rodeado por un desierto, en este lugar se cree que nació la raza árabe y toda su cultura, en especial su lengua, sagrada para los musulmanes. En su territorio también se encuentran las dos ciudades sagradas: la Meca y Medina.
En contraste con éstas, Arabia es también la cuna de una moderna metrópolis enriquecida por el petróleo. En el siglo XVIII, Al Saud, la familia reinante hoy en Arabia Saudita, eran los jeques de Dir´aiyadh, un oasis cerca de la actual Riyadh. Estos se unieron con Mohamed Abdul Wahhab y crearon el Wahhabismo, forma de islamismo oficial hoy en día, que plantea la vuelta a los fundamentos. En 1938 se encontraron grandes cantidades de petróleo y, al terminar la Segunda Guerra Mundial, esta industria se desarrolló con fuerza. A medida que pasaba el tiempo, Arabia Saudita sacaba más y más beneficios del petróleo, sobre todo con el embargo de 1973- 74, momento en el que el país se convirtió en una potencia mundial.
A medida que el estado acumulaba dinero, el país se veía transformado por una ola de modernización en las construcciones. La prosperidad de Arabia Saudita atrajo capitales extranjeros, lo que tensó las relaciones con sus vecinos. Con la Guerra del Golfo de 1990 Arabia sintió miedo y pidió protección a USA. El país no fue invadido, pero puso al descubierto que hacían falta cambios políticos. Así fue que en 1993 se creó un Consejo de Consulta, cuyos miembros son convocados por el rey y pueden opinar sobre las leyes. Este es el mayor acercamiento a la democracia que Arabia Saudita hizo hasta hoy. La cultura del país gira en torno al Islam. Todos los días, 5 veces al día los árabes rezan mirando en dirección a la Meca. El Corán es la constitución del país, y la Sharia es la fundación de su sistema legal. Uno de los rituales folclóricos es la danza Ardha.
Tabla de contenidos
Que ver en Arabia Saudí en 3 días
Te contaré un interesante recorrido para ver en arabia con poco tiempo. Pero antes ten en cuenta que los hombres deben usar una camisola que les llega hasta los tobillos, y las mujeres deben taparse todo el cuerpo. Estas vestimentas simbolizan los lazos del pueblo con la tierra, el pasado y el Islam. La ley islámica prohibe comer cerdo y tomar alcohol. Arabia Saudita mantiene cierto halo de misterio a su alrededor, ya que es muy difícil lograr visitar el país (no existen las visas). Pero si pueden encontrar a alguien que los apadrine, realmente vale la pena ir por su desierto, sus montañas y por las reliquias que guarda sobre el Islam. Y sin lugar a dudas, es muy interesante ver cómo una sociedad absolutamente religiosa se adapta a la vida moderna producto de la riqueza petrolera.
Día 1: Ciudad de Jeddah
Jeddah es una metrópolis moderna. Se la conoce como la París de Arabia, lo que es un poco exagerado. Esta es una de las pocas ciudades en las que se construyó alrededor y no sobre lo antiguo. Es considerada la gran ciudad, y la más amistosa e interesante para el turismo. La ciudad se centra en Al- Balad, una conglomeración de edificios a orillas de las calles y la vieja ciudad, que está justo detrás de los edificios. El origen del nombre de esta ciudad plantea un problema para los etimólogos. Juddah en arábigo “significa costa del mar”, lo que es bastante acertado ya que la ciudad está a orillas del mar Rojo. Pero en las escuelas prefieren decir que es jaddah, o sea “abuela” y se cree que es por una tradición, que ubica a la tumba de Eva dentro de la ciudad. Jeddah es, a decir verdad, un uso incorrecto por parte de los habitantes, que no son saudis.
En los últimos 20 años, Jeddah vivió un crecimiento descomunal. En 1947 tenía una población de 30.000 habitantes; hoy por hoy la suma sobrepasa el millón y medio. Jeddah es el puerto más importante del reino, y es la puerta para los peregrinos en su camino hacia Meca. Hoy también recibe a los peregrinos por el aeropuerto, construido bajo el estilo hajj. La gran afluencia de peregrinos es un gran beneficio para la economía de la ciudad. Los orígenes de Jeddah son muy humildes. Comenzó como un simple pueblo pesquero hace 2.500 años atrás, establecido por la tribu Quada. En el 647 se la llamó Bilad al Kanasil, “Ciudad de los Consulados”. En el siglo XVI los otomanos edificaron una muralla alrededor de la ciudad para protegerla de los ataques portugueses. El Imperio Otomano gobernó la ciudad hasta 1915, y la influencia se nota mucho en su arquitectura. Algunas casas antiguas siguen en pie, pero hay que saber buscarlas; muchas están en un estado lamentable. Afortunadamente, el gobierno lanzó un programa para refaccionar y mejorar el estado de estas reliquias arquitectónicas. Con la apertura del Canal de Suez en 1869, Jeddah empezó a poblarse cada vez más y a hacerse más cosmopolita. Se asentaron delegaciones diplomáticas europeas, y ricos mercaderes. Con el rey Abdul Aziz, la ciudad dejó de lado su muralla y empezó a expandirse. El boom de la construcción empezó en los 70, y sigue hasta hoy. Jeddah ha logrado combinar exitosamente la dignidad y tradiciones del pasado con el dinamismo del mundo moderno de los negocios.
Al- Alawi
Este es un mercado (se les dice souks) ubicado en la antigua ciudad. Es uno de los más espectaculares de todo el reino. Es un gran lugar para vagar y asombrarse con lo que ofrecen.
Casa de Naseef
Esta casa fue construida en 1850 por la familia Naseef, una de las familias de mercaderes más antiguas y ricas de la ciudad. En 1925 el rey Abdul Aziz se hospedó mientras se construía su palacio. En 1964 el gobierno la adoptó como museo, hasta hoy.
Mezquita Al- Shafee
Es espectacular de esta mezquita el minaret marrón, blanco y verde.
Museo Municipal
Se ubica en una casa antigua de casi 200 años, totalmente reconstruida. El museo posee fotos del desarrollo de la ciudad, y cuartos adornados a la antigua.
Museo de Jeddah
Este museo regional exhibe objetos arqueológicos y etnográficos de la época de piedra hasta el Islam.
Water Tower
Ubicado en los jardines del palacio Khozam, esta torre es más chica que su hermana en Riyadh, pero se pueden obtener hermosas vistas del restaurante que funciona arriba.
Día 2: Ciudad de Najran
La ciudad de Najran se ubica cerca de la frontera con Yemen. Es uno de los lugares más fascinantes, pero aun así, poco visitado del reino de Arabia Saudita. Este oasis se cree ha sido habitado desde hace 4.000 años atrás. Algunos sostienen que esta ciudad es una parada en la ruta del contrabando entre Arabia Saudita y Yemen. La cultura se vio muy influenciada por su vecino Yemen, lo que se puede observar en la arquitectura y, en especial, en la conducta de los pobladores de Najran. La ciudad cuenta con una gran avenida, en la que se asientan la estación de ómnibus, los hoteles, el correo postal, y lugares para comer y tomar té.
Museo de Najran
Najran posee uno de los museos más nuevos y modernos. Alberga descubrimientos arqueológicos, herramientas y adornos de la región y fotos de la región tomadas por Harry St. John Philby, un famoso diplomático y espía.
Palacio Al- Aan
Es una de las piezas de arquitectura más espectaculares y representativas de Najran. La torre mayor cuenta con 5 pisos y domina el cielo de la ciudad. No se puede entrar al edificio porque hay gente viviendo en él, pero se puede tener una gran vista de desde el estacionamiento para autos. Fue construido en 1942 como un complejo .; tiene 60 cuartos y hasta su propia mezquita.
Día 3 : Ciudad de Riyadh
Cerca de Riyadh tenían su primer reino la actual familia reinante, los Saud, en un oasis llamado Dir´aiyah. Por más que esta ha sido la capital desde 1932, ha desempeñado un papel secundario ante Jeddah hasta los 70. No fue hasta los 80 que se mudaron de Jeddah las embajadas, los ministerios y ahora están en el área llamada El Barrio Diplomático. Riyadh se construyó con el dinero del petróleo; es un a ciudad muy moderna y tecnológica, repleta de vidrios, acero y cemento. Los hoteles son enormes, los hospitales aun más descomunales y modernos y el aeropuerto es uno de los más grandes del mundo. Tiene mucho de una ciudad moderna de Occidente. Esto la aleja un poco de las típicas ciudades arábigas. La modernización se produjo en los últimos 20 años, en un tiempo increíblemente corto. El crecimiento se refleja también en la población. En 1974 era de 667.000 hab., y hoy en día supera los 3 millones. Gran parte de los edificios no tienen más de 50 años, y algunos, menos de 20. El centro de la ciudad se llama Al- Bathaa, y es la zona más antigua. Aquí está la estación de ómnibus y muchas otras cosas interesantes para los turistas. Casi todos los lugares para alojarse se encuentran cerca de la estación de ómnibus, así como también los cafés y los puestitos de shawarma.
Al- Thumairi
Esta puerta es una réplica fascinante de una de las 9 puertas que daban paso a la ciudad, antes que las paredes se tiraran en 1950.
Al-Foutah
Este parque es una de las pocas zonas de Riyadh que no está tapada de cemento. En los atardeceres se puede ver familias paseando.
Fuerte Masmak
En el corazón de la vieja Riyadh, este fuerte fue construido en 1865 y renovado en 1980. El interior imita un tradicional diwan, o cuarto para sentarse, abierto a un patio. El fuerte es hoy un museo en honor a Abdul Aziz.
Mercado de camellos
A unos 30 km de la ciudad se encuentra uno de los mercados de camellos más grandes del Medio Oriente por el cual vale la pena pasear, si a uno no le importa el fuerte olor.
Museo de Riyadh
El oeste de Al- Bathaa cubre toda la historia y arqueología, desde la edad de piedra hasta el Islam. También hay salones dedicados a la arquitectura y a la etnografía. Los carteles están en inglés y en arábigo.
Ruinas de Dir´aiyah
A unos 30 km al norte se llega a lo que fue la capital del primer reino, y es hoy el sitio más visitado de la ciudad. Esta antigua ciudad fue fundada en 1446 y arrasada en 1818. La reconstrucción incluye ruinas, palacio, mezquitas y algo de los muros de al ciudad.